martes, 6 de enero de 2009

Primeras víctimas

Apenas van cinco días de 2009 y ya comenzaron a desaparecer programas con el pretexto de la crisis.

El caso más escandaloso es el de Cadenatres de Grupo Imagen donde a partir de hoy desaparecen todas, absolutamente todas sus producciones matutinas. Adiós a Cadenatres noticias con Francisco Zea, a Bien familiar con Fernanda Familiar, a Nada a medias con Yuriria Sierra (y muchas otras conductoras), y a Segunda opinión con Ethel Soriano.

Esto es un cataclismo porque estamos hablando del final de un noticiario con decenas de reporteros, de una revista matutina con una larga lista de colaboradores de prestigio, de una mesa de análisis que batalló mucho para encontrar su camino, pero que lo encontró; y de un necesarísimo programa sobre medicina y salud.

Son cientos de empleos que, desde el viernes pasado, fueron borrados del mapa y, lo peor es que hasta el día de ayer no se había anunciado oficialmente qué iba a pasar con esa barra.

A lo mejor la rellenan con retransmisiones de títulos exitosos de otros horarios como No lo cuentes, con más series importadas como Los Serrano o con los típicos infomerciales de todos los canales. ¡Pero qué golpe! Cadenatres noticias con Francisco Zea, a pesar de que nunca tuvo un presupuesto espectacular, era un gran noticiario.

Las secciones que tenía Bien familiar no las tenía nadie. Los temas que se discutían en Nada a medias pocas veces se trataban en el resto la televisión nacional. Y ni hablar de Segunda opinión.

¿Sabe qué es lo más triste de esto? Que la cancelación de todas estas producciones sólo se puede interpretar como el triunfo de los jodidos. Tanto dijeron los señores de Cadenatres que ellos no hacían televisión para los jodidos, en franca alusión a Televisa, que ahora se deben estar tragando sus palabras.

Cadenatres, con sus ambiciones, tuvo que cortar más de siete horas de programación de trancazo mientras títulos como Hoy, Se vale y De poca, que jamás se sintieron ni medianamente afectados por atender a las clases más populares de este país, siguen tan frescos como el primer día en que se presentaron.

Sí, a la próxima, hay que tener más cuidado con las declaraciones y, después, aprender a ser más cauteloso.

¿Qué necesidad tenía Cadenatres de iniciar operaciones con tantos programas tan caros desde la mañana hasta la noche? ¿Qué clase de estudio de mercado le dijo que había que sacar tantos títulos en el horario matutino cuando el canal ni siquiera estaba posicionado?

¿Que no se supone que las reglas para los canales de nicho son otras? Confío en que esto sólo sea un ajuste y que pronto Cadenatres nos vuelva a sorprender con más y mejores programas porque, de lo contrario, qué tristeza como lo que pasó con La hija del mariachi.

No sé si usted lo sepa pero a partir de hoy ya no vamos a volver a ver esta telenovela de mediodía como parte de la programación de Galavisión. ¿Y el final? Bien gracias, jamás se transmitió.

Lo último que vimos el viernes pasado fue una escena erótica entre los protagonistas, pero ése sólo era el final de ese capítulo, no el final de la telenovela.

Desde hoy, en su lugar, Galavisión va a pasar El último matrimonio feliz,

una telenovela extranjera de la que tengo excelentes referencias. Qué se me hace que Televisa sólo hace este tipo de movimientos para quemar las historias de otros países e impedir que se conviertan en éxito. Porque La hija del mariachi era excelente. No había manera de verla, de no picarse y de no adorarla.

¡Yo hasta pensé que algún productor de San Ángel se iba a fijar en Mark Tacher y lo iba a traer de nuevo a México como protagonista! Está muy grueso este juego de las cancelaciones y, sobre todo, los pretextos para realizarlas como ese chisme de que a La oreja le dieron ‘cuello’ por cuestiones de rating.

¡Claro que no! Independientemente de que a usted le haya gustado o no esa propuesta, y de la insólita soberbia que se respiró en su última transmisión, aquello seguía funcionando de maravilla, era material de exportación y constituía una verdadera agencia noticiosa del corazón. La oreja se fue porque a nadie le gusta que le jueguen chueco y ahí hubo alguien que jugó tan chueco que por su culpa la llevaron todos.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Que mala onda

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